miércoles, 26 de octubre de 2016

TEXTOS PERIODÍSTICOS LA CRONICA

La Crónica

ESTRUCTURA DE LA CRÓNICA: 

-Título: Ha de ser imaginativo y ha de atraer la atención del lector. Resume la idea central de la crónica. 
-Entrada: Texto breve que abre la crónica y que ha de atraer la atención del lector. 
-Cuerpo: Informa ordenadamente unos hechos y también se incluyen las opiniones del cronista. 
-Destacados: Frases que resumen el texto, resaltadas del cuerpo por su importancia. 
-Elementos gráficos: fotografías, dibujos o gráficas acompañados de una explicación. 

TIPOS DE CRÓNICA: 


-CRÓNICA NOTICIOSA, CRÓNICA PARLAMENTARIA, CRÓNICA TAURINA, CRÓNICA DEPORTIVA, CRÓNICA DE COLOR .

Título: La Mentira Atómica
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 El 31 de agosto se cumplieron 70 años de la publicación de "Hiroshima" en la revista The New Yorker, que le dedicó todas sus páginas. La investigación de John Hersey fue el primer testimonio del drama y obligó al gobierno estadounidense a asumir su culpa. El libro, reeditado por Debate, mantiene el mismo atractivo que entonces. Su estilo seco, sus estrategias narrativas, pero también el tema, atrapan y perturban aún hoy.
Identificar dónde se presenta el hecho noticioso. (Subrayar o copiar)

Hiroshima

Identificar detalles que son aportados.
(Subrayar o copiar párrafos)

Exactamente a las ocho y quince minutos de la mañana, hora japonesa, el 6 de agosto de 1945, en el momento en que la bomba atómica relampagueó sobre Hiroshima, la señorita Toshiko Sasaki, empleada del departamento de personal de la Fábrica Oriental de Estaño, acababa de ocupar su puesto en la oficina de planta y estaba girando la cabeza para hablar con la chica del escritorio vecino. En ese mismo instante, el doctor Masakazu Fujii se acomodaba  con las piernas cruzadas para leer el Asahi de Osaka en el porche de su hospital privado, suspendido sobre uno de los siete ríos del delta que divide Hiroshima; la señora Hatsuyo Nakamura, viuda de un sastre, estaba de pie junto a la ventana de su cocina observando a un vecino derribar su casa porque obstruía el carril cortafuego; el padre Wilhelm Kleinsorge, sacerdote alemán de la Compañía de Jesús, estaba recostado —en ropa interior y sobre un catre, en el último piso de los tres que tenía la misión de su orden—, leyendo una revista jesuita, Stimmen der Zeit; el doctor Terufumi Sasaki, un joven miembro del personal quirúrgico del moderno hospital de la Cruz Roja, caminaba por uno de los corredores del hospital, llevando en la mano una muestra de sangre para un test de Wassermann, y el reverendo Kiyoshi Tanimoto, pastor de la Iglesia Metodista de Hiroshima, se había detenido frente a la casa de un hombre rico en Koi, suburbio occidental de la ciudad, y se preparaba para descargar una carretilla llena de cosas que había evacuado por miedo al bombardeo de los B-29 que, según suponían todos, pronto sufriría Hiroshima. La bomba atómica mató a cien mil personas, y estas seis estuvieron entre los supervivientes. Todavía se preguntan por qué sobrevivieron  si murieron tantos otros. Cada uno enumera muchos pequeños factores de suerte o voluntad —un paso dado a tiempo, la decisión de entrar, haber tomado un tranvía en vez de otro— que salvaron su vida. Y ahora cada uno sabe que en el acto de sobrevivir vivió una docena de vidas y vio más muertes de las que nunca pensó que vería. En aquel momento, ninguno sabía nada.

Identificar y señalar las marcas textuales de Subjetividad.

Ocupar, estaba, hablar, derribar, caminaba.






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